17 de mayo de 2013

Parábola del sembrador

[...] Salió Yeshúa de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba [con él] en la playa. Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: "He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga." (Mateo 13:1-9).

Yeshúa explica la parábola del sembrador
"Oigan, pues, ustedes la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo (el diablo), y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la desesperación (o angustia) o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan [lo que fue sembrado en su corazón], y se hace infructuosa (no tiene efecto). Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno." (Mateo 13:18-23).
Propósito de las parábolas
[...] Acercándose los discípulos, le dijeron: "¿Por qué hablas por parábolas?". Él respondiendo, les dijo: "Porque a ustedes les es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. Porque cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado. Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: 'De oído oirán, y no entenderán; y viendo verán, y no percibirán'. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con sus ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane. Pero bienaventurados los ojos de ustedes, porque ven; y sus oídos, porque oyen. Porque de cierto les digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que ven, y no lo vieron; y oír lo que oyen, y no lo oyeron" (Mateo 13:10-17).

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