Si nosotros hemos pecado y queremos seguir a Yeshúa y no pecar más, primero debemos arrepentirnos de corazón por todo lo malo que hemos hecho, si no lo hacemos, todo seguirá igualmente. Yeshúa en cierta ocasión dijo: "Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente." (Lucas 13:3).
En ciertas ocasiones de nuestras vidas, sabemos que estamos haciendo algo malo, pero aún así, nos decimos a nosotros mismos excusas para encubrir el pecado. Pongamos un ejemplo: Estás en un centro comercial, y ves que al señor que está delante de ti se le cae un billete; pero tú lo coges y te lo llevas, estás robando, pero te dices: "Tal vez si le devolviera el billete me hubiese dicho que me lo quedara, y mejor no le hago perder el tiempo". Aquí estamos encubriendo el pecado. Pero la Biblia nos demanda: "El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia" (Proverbios 28:13).
"Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo" (Joel 2:12, 13). En el versículo 12, leemos que dice: "convertíos a mí [...] con ayuno", pero hoy en día ya no es necesario que ayunemos, Dios ya no quiere más sacrificios de nosotros. Desde que Cristo murió por nosotros, ya no es necesario esto, Cristo ofreció una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados (Hebreos 10:12). Cierto pasaje dice: "[...] Sacrificio y ofrenda no quisiste [...]" (Hebreos 10:5). Dios lo que quiere es que nos apartemos del mal, nos arrepintamos de corazón y le sirvamos a él.
El arrepentimiento trae perdón
"[...] y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado" (Jeremías 36:3).
"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad." (1 Juan 1:9).
"Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio" (Hechos 3:19).
El Arrepentimiento significa abandonar el pecado al confesarlo a Dios.
Si tenemos que arrepentirnos de todo corazón y no volver a cometer el mismo pecado por que pedimos perdón y luego cometemos entonces de nada vale pero si nos arrepentimos de corazón no lo volvemos a cometer
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